LOS CHERROS
Ha llegado el carnaval, y este año vamos a estudiar una tradición muy peculiar de nuestra localidad, se trata de los populares "Cherros". Para saber más sobre el origen e historia de esta tradición vamos a ver un vídeo muy interesante, pinchando en el título.
En invierno, durante las celebraciones de carnaval, se recupera una tradición perdida años atrás, la salida de los cherros por las calles de la localidad. Sin duda se trata de una celebración que mantiene sus raíces en interpretaciones paganas del solsticio de primavera.
Los cherros son hombres vestidos con viejos sacos, la cara pintada de azulete y sonoros cencerros, que paseana por las calles tiznando la cara de azulete y asustando a los vecinos, que atentos permanecen al desfile de carnaval.
El azulete que llevan en su cara es para blanquear la ropa, en el pasado hubo que ingeniarse alguna forma para que no se suspendieran los cherros, y decidieron pintarse la cara de azulete. Tiempo atrás estos personajes creados para el tiempo de carnaval, salían con la cara cubierta, pero cuando se prohibió ir con la cara tapada, decidieron pintarse la cara de azulete.
El personaje de los cherros lo forman tres personas, dos atados a una larga cuerda y uno que los lleva por las calles de la localidad. Cuando este les deja cuerda mas corta o mas larga es para acercarse a las chicas como medio de cortejo en busca del beso, caricia o gracia. En el recuerdo colectivo de la localidad quedan aquellos viejos personajes, como fueron el Tío Agustín “El Braco”, Gines Cesaría o El Cioles.
Ya en el presente la saga familiar de los Tovar sigue manteniendo viva la tradición de los cherros. Desde el padre con 75 años hasta uno de los hijos con 18 conocidos en la localidad de Zeneta como Los Rosquillas.
Tomás García